[Caro- desde su segunda vida que mide 13 pulgadas, es plateada y tiene un teclado que brilla en la noche. Lleva por nombre Valentina]
Me da miedo morir, porque aún no me interesa la vida después. Porque amo al mundo y no a Dios. Porque no he conocido el amor, no he conocido el triunfo, ni como se rompe un corazón. Ahogarme.
Hoy estoy en un lugar muy lejos de mis obsesiones, “triunfando” sin creer los logros. Sin felicidad como para abrazar el ambiente que me rodea. Preguntándome si el tiempo se ha llevado la oportunidad de volver. Por culpa del ocio y la duda y la falta de ilusión.
¿Qué tan alto está permitido soñar?
No sé, porque me encuentro siempre poniéndole límites. No me sale el impulso para mandar a volar mis ganas. Y no soy tan fuerte como para cometer el más grande error o logro de mi vida.
¿En cuanto tiempo se pierde la voluntad?
Me até de pies y manos, viviendo cosas amargas que acabaron con todo. No sé cuanto tiempo más aguante con estas hipocresías.
Necesito ayuda para salir de aquí, realmente sigo sin sentir pertenecer.
De esas veces que miras al vacío y sientes que te vas...la tome en un río en una caminata con una de mis buenas amigas. La mejor terapia es caminar con una cámara.